¡Sí, los hijos del Sol existen todavía! En el Perú, en las altas tierras del Altiplano, en el corazón mismo del lago Titikaka es donde usted los encontrará.
Aquí, una comunidad autóctona de unas 350 familias vive todavía dentro de las tradiciones del siglo XIV según los principios de la vida incaica.
Aquí, sin tener en cuenta el curso del tiempo, han subsistido las tres reglas de oro del Imperio del Sol : Ama suwa, Ama quella, Ama llulla : no robes, no seas holgazány no mientas. Aquí, el contacto con las otras civilizaciones no ha podido destruirla identidad profunda del Inca.
Enriquecida de un pasado agitado, esta isla de dimensión modesta, sumerge sus raíces dentro de los orígenes mismos de esta civilización. Y si la colonia española ejerció sobre la isla la pesada carga de la esclavitud, ésta no pudo destruir los valores de la vida y de las constumbres autóctonas.
De su pasado tormentoso, los habitantes de la isla conservan esa determinación y el coraje de afrontar todas las adversidades con un humor constante y jovial. Pues si existe una característica fundamentalmente común en Taquile, es sin duda la alegría de vivir, el buen humor, la sonrisa y la ayuda mutua.
...Al salir de Puno, en la blanquecina mañanita, el viajero sube a bordo de una de las embarcaciones que cotidianamente unen la pequeña ciudad provincial a la isla. Mecido por el suave movimiento de las olas, éste goza con gran gusto de los maravillosos constrastes de colores: el azul intenso de las aguas límpidas se confunde y se mezcla con los ocres y verdes de un extraño tapiz vegetal; los cañaverales de totora se abren ante la barca. Después de unas tres horas de navegación, bajo un cielo iluminado,la embarcación se detiene en uno de los pequeños puertos de la isla.
Aquí, no hay aviones, no hay camiones, no hay tampoco autos ni motos... Es a pie, al borde de los pequeños senderos de piedras alineadas que, el visitante se deja impregnar de este sorprendente ambiente que envuelve el islote. La principal característica de Taquile reside, probablemente, en el hecho de que la isla ha conservado a través de siglos, un gran número de costumbres de la antigua población lacustre.
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